22 de abril de 2009

Dulces Caricias



El dolor, esa dulce caricia.


Y llegamos al dolor, el aspecto que, de entrada, suele ser el más rechazado de las relaciones BDSM. El porqué recibir o dar dolor proporciona placer es algo que sigue siendo un gran misterio. Los neurobiólogos hablan de que el estímulo físico doloroso genera la producción, por el sistema nervioso, de unas sustancias llamadas endorfinas. Y tales sustancias, en un intento de compensar la situación desagradable, producen un estado semejante a la felicidad y placer. Para colmo, el sexo, la agresión y la autodefensa comparten algunos mecanismos neuronales comunes. Por otra parte, los psicólogos
asociacionistas encontraría que el dolor puede convertirse en un estímulo condicionado apetitivo si va asociado sistemáticamente al disfrute de un intenso placer posterior. Muchas pueden ser las causas, pero carecemos de una explicación definitiva. Sea como sea, las personas sadomasoquistas disfrutan produciendo o recibiendo dolor, cuando no las dos cosas a la vez.


Dos cosas son importantes con respecto al dolor. La primera es que éste tiene un límite, y que, por tanto, debemos aproximarnos a él con cuidado y sentido común. La segunda es que juega un importantísimo papel en la excitación erótica de la pareja, pero nunca debería ser sustituido por el propio placer sexual. Si prefieres producir o recibir dolor al placer sexual...empiezas a tener un problema. Si usas el dolor propio o ajeno como embajador del placer erótico...tu conducta, aunque "desviada del bienpensamiento" no debería preocuparte en exceso, siempre que sea en un contexto consensuado y razonable

Se obedece más a los que enseñan, que a los que mandan


De rodillas, piernas abiertas besando sus pies, Mi Señor Amodelaoscuridad...

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